El reciclaje de metal es el proceso que tiene como objetivo convertir los desechos de productos en materia prima que permitan una nueva utilización. El reciclaje de metal reduce el consumo de materia prima nueva, previene el desuso de materiales que se pueden reutilizar, reduce el consumo de energía eléctrica y disminuye las emisiones de gases invernadero, la contaminación del agua y del aire.

La gran mayoría de los metales, metales ferrosos y no ferrosos, pueden fundirse y procesarse de nuevo para obtener materia prima metálica. El hierro, el acero, el aluminio, el cobre, el plomo, la plata y el oro son metales que se pueden reciclar fácilmente si no se encuentran mezclados con otras sustancias porque pueden ser fundidos para cambiar de forma o adoptar la forma anterior. El hierro es el metal que tiene una mayor demanda comercial por los usos que tiene: obtención de aceros estructurales, hierro fundido y hierro forjado. Es un mineral que se distribuye por todo el mundo y el metal más utilizado,  representa un 95% de la producción metálica mundial. El reciclaje del aluminio está incrementándose debido a que, por ejemplo, una lata requiere solo una parte de la energía necesaria para elaborar una nueva lata con materias primas. La recuperación y el reciclaje de todos estos metales es una gran fuente de materias primas.

Los yacimientos, que son los depósitos donde encontramos este mineral, están siendo poco a poco agotados y los nuevos yacimientos suponen una mayor inversión de capital, porque se encuentran más profundos en la corteza terrestre y en lugares más lejanos de los centros de producción. El cobre, por ejemplo, desde los años 80 procede de lugares como Chile, Zambia, Zaire, Papúa y Nueva-Guinea, estos lugares están muy alejados de los centros de producción.

Desde hace algunos años la revolución mundial entorno al reciclaje del metal es tema clave para ayudar a conservar el entorno medioambiental de una forma adecuada. Reciclar chatarra, como hacemos en Hidegar Laser, supone entre otras cosas una reducción importante de la contaminación del aire y del agua y una gran disminución de los desechos. La obtención de aluminio reciclado, por ejemplo, reduce un 90% el consumo de energía en la elaboración y un 95% la contaminación del aire, si lo comparamos con el proceso de elaboración de materias vírgenes.

La concienciación social social empieza en empresas como Hidegar Laser que a través de sus procesos de reciclaje de metal buscan reducir el impacto medioambiental. Si estos residuos son enterrados contaminan las aguas superficiales y residuales a causa de los aditivos y metales pesados que se incorporan y si son incinerados contaminan la atmósfera.

Además en el caso de la industria del metal, el beneficio no es sólo desde el punto de vista ambiental y social, sino también económico, porque se reduce el gasto de energía para el proceso de fabricación de los nuevos productos. Además, ha supuesto la aparición de nuevas empresas dedicadas al reciclaje de metales con sistemas de trituración de metal, provistas de motores eléctricos y sistemas de automatización cuyo objetivo es el reciclaje. Esto supone la creación de nuevos puestos de trabajo y una mejora de la economía nacional.